BUENOS AIRES (EFE).- El Estudiantes de La Plata, campeón de la Copa Libertadores, debutó en la 51 edición del torneo con una goleada sobre el peruano Juan Aurich (5-1), a la que aportó con un 'hat trick' del delantero Mauro Boselli.
La suficiencia del conjunto argentino impidió que una momentánea ráfaga de su rival en la primera parte le hiciera perder el control del partido, y en un segundo tiempo de dominio absoluto lo borró del campo.
Boselli, cuyo traspaso al Birmingham inglés es inminente, fue una pesadilla para la defensa visitante, ya que no sólo marcó tres goles sino que participó en casi todas las jugadas ofensivas de un Estudiantes al que le sobra oficio.
El equipo estudiantil jugó los primeros quince minutos del partido en los alrededores del área peruana, en la que entraba y salía cuando se lo proponían Sosa y Boselli con escasa resistencia lambayecana y con un ritmo vertiginoso.
En ese contexto la apertura del marcador se produjo a los seis minutos, tras una falta contra Sosa y un penalti marcado por Boselli. Sin reacción del Aurich, los bonaerenses machacaron en ese sector con la misma tesitura, crearon cinco situaciones claras de gol y fallaron.
Pero tras el primer cuarto de hora se relajaron, disminuyeron la intensidad de su juego, comenzaron a perder el balón y entonces el conjunto de Luis Fernando Suárez se adelantó en el campo, aprovechó las facilidades que se le ofrecían y avisó que con la pelota en su poder no dejaría pasar las oportunidades.
El Juan Aurich, que tiene en Reimond Manco un interesante caudal futbolístico, capitalizó su progreso en el campo y las 34 minutos Ciciliano asistió al goleador Tejada, quien con un remate bajo y junto a un palo igualó el marcador.
Ya sin tantos recursos técnicos y más que nada con empuje, el Estudiantes volvió a merodear en los dominios del meta Diego Morales, superado a los 44 por un cabezazo bajo el larguero del defensa Germán Ré, que volvió a poner en ventaja a su equipo a la salida de un córner.
Un minuto más tarde, una falta de Guizasola dejó a la formación de Chiclayo con diez jugadores ya que el árbitro brasileño Salvio Fagundez, con exagerado rigor, lo sancionó con la tarjeta roja directa.
Sin parecerse al de los primeros minutos, se rehizo el equipo de Alejandro Sabella, volvió a tomar el control de la situación y tras una brillante jugada de ataque de Sosa y Benítez, Boselli anotó el tercero a los 59.
A estas alturas el Aurich se había quedado sin gas, sus esporádicos intentos recuperación no inquietaban a su rival, que a los 71 minutos marcó el cuarto tanto por intermedio de un intratable Boselli. El quinto lo anotó Leandro González a los 89, cuando hacía rato que no había partido.
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